Blogia
ARDE LA LOCURA EN UN TROZO DE HIELO

UN MORDISCO, NENA

 

Pero un mordisco, nena, un mordisco

suave con tus dientes entreabiertos

me haría sentir en un momento

como Dios en los infiernos...

Jesús, reviento

como balas en la carne perforada

cuando miro tu boca

y pienso en eso, solo en eso...

un instante que se haga eterno

en tu mandíbula apretada

con el flujo de mi vida muerta

barnizando lentamente la piel

que escondes en la montaña

perdida del invierno.

Abre tu alma, que encuentre la fe

y arrecie en tu pecho mi vida cansada

Abre tus piernas, que encuentre el placer

y queme en tu coño mi mente arrasada.

0 comentarios